Moneda con la efigie del Emperador Augusto |
En los tiempos que nos ha tocado vivir, la economía y todo lo que la rodea se ha convertido en algo fundamental para el devenir de nuestras vidas. Con la etimología de las palabras que esta semana nos trae D. Javier Murcia, conoceremos de dónde surgen conceptos que en la actualidad condicionan nuestra existencia. Asomaos al acantilado...de momento, sale gratis.
MONEDA: Esta palabra procede del latín
moneta, sobrenombre que se daba a la diosa Juno en su templo
de Roma sobre el Capitolio; está formado sobre el verbo latino moneo
y significaba: “la que avisa”. La diosa se había ganado ese
epíteto en el año 387 a.C. cuando la ciudad de Roma fue invadida
por los galos de Breno y los ciudadanos se refugiaron en el monte
Capitolio. Según Tito Livio, la diosa “avisó” a los centinelas
del Capitolio, por medio del graznido de sus gansos sagrados, de que
los galos intentaban el asalto a la ciudadela y de esa manera
pudieron rechazarlos. Junto a este templo los romanos instalaron la
fábrica de la moneda o ceca. Las piezas acuñadas allí tomaron el
nombre de ese lugar y fueron conocidas como “monedas”.
DINERO: procede del latín denarius,
el nombre de una moneda romana cuyo valor era de diez ases. La
misma palabra latina lo indicaba, pues denarius se había
formado con deni “cada diez” relacionado con el numeral
decem “diez”. Curiosamente denarius pasó al árabe
clásico y de ahí procede la palabra “dinar”, nombre de moneda
en diversos países árabes.
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