El rincón de los lectores del IES Gabriel Miró

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jueves, 18 de mayo de 2017

Huellas del pasado: Lujuria y egregio

Seguimos con nuestra sección de Huellas del pasado de la mano de Don Javier Murcia. Esta semana nos centramos en dos palabras muy sonoras y con un origen muy distinto al que suponemos por su significado actual. Asomaos lujuriosa y egregiamente a estos nuevos acantilados...

Fragmento de "El jardín de las delicias"
Los romanos eran un pueblo sencillo, práctico y realista; muchas de sus palabras con un significado moral proceden de la vida rural, de palabras usadas por el campesino para designar cosas muy concretas del campo. He aquí dos ejemplos de ello:

LUJO / LUJURIA.

“Lujo”, es decir “la abundancia de cosas no necesarias”, procede del latín luxus, en su origen con esta palabra se denominaba la vegetación que crece espontánea y extravagante y, por tanto, era indeseable para los cultivos. Sobre luxus crearon luxuria que, en principio, significaba “exuberancia” “exceso” y de ahí pasó a tener el sentido de “vida voluptuosa”. Aunque en nuestro idioma “lujuria” ha sufrido un pequeño cambio semántico, todavía podemos ver en el adjetivo “lujuriante” el valor primitivo: “muy lozano y que tiene excesiva abundancia”.

EGREGIO



Esta palabra es otro buen ejemplo; procede del latín egregius y llegó a tener el sentido de “glorioso” o “eminente” aunque en un principio significaba simplemente “separado del rebaño”, pues está formado etimológicamente por la palabra latina grex, gregis “rebaño” y el prefijo e- que indica separación. 

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