Amor
nocturno
La
habitación estaba casi a oscuras. Nuestros protagonistas se encontraban
sentados en el sofá mirándose fijamente, sin decir nada.
Él
quería decirle todo lo que sentía, pero solo podía contemplar sus bonitos ojos
azules con el deseo de poder verlos cada noche ya que ella vivía en una casa de
ricos y él en una triste casita de madera. No había razón para que ella le
quisiera.
Pero
en realidad ella sentía lo mismo que él. Se pasaba horas mirando por la ventana
con la esperanza de que el apareciera. También quería declararse, pero tampoco
podía, sentía que él le rechazaría.
Alguien
estaba abriendo la puerta del salón, lo echaría nada más verlo, era ahora o
nunca. Le miró a los ojos una vez más y por
fin le dijo “Miau”.
Una
señora entró en el salón y su furia aumentó al ver a los dos gatos en su sofá.
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